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«Todo me es más que memoria»·

«Todo me es más que memoria»·
-L. Aragón-













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martes, 12 de enero de 2010

HASTA QUERER PERDERSE








HASTA QUERER PERDERSE






foto, 29 de diciembre de 2009






Qué me importa la cálida lluvia
si no fuera
porque insiste
sobre el contorno indiferente de las cosas,
que de otro modo, no podría nombrar.
Si no fuera
por ese sonido continuo de tacto insobornable
que cae, delicadamente, mirando hacia otro lado
y sin embargo deja las cosas tan desnudas,
tan dentro de sí desamparadas,
todas las cosas.
El desolado mundo que sufre en su destino
su destierro, y la noche, como yo,
que insiste únicamente para poder nombrar
el encuentro en el barro,
que vive pendiente nada más de rescatar,
entre las láminas de luz los átomos
que ardieron en caricias
y el discontinuo golpe en el frío,
un perderse continuo entre los ecos,
porque al final, no quedará constancia de la voz,
de los ojos que brillaron con fragor en la apariencia,
del mediodía que al final
ya no soporta más tantas agujas al pleno corazón,
en pleno predominio de tanta realidad,
de tan querer nombrarlo todo,
que hasta lo más perdido parece estar aquí
testimoniando nuestra vida.
Qué me importan a mí el orden infalible
del día y de la noche, si en la mitad del sueño,
un huracán puede asolar desde las ondas más remotas
cualquier país amado a cal y canto,
y aunque cultivo y veo oscuridad
y deambulo sonámbula en la sombra
es arbitrario su color de pintura desgastada,
efímero su olor a tiempo.
Estoy aquí tan sólo
para rasgar el nombre de las cosas,
abrir las manos con los ojos cerrados,
completamente a ciegas.
Si me sirve la lluvia,
es por este calor, al fin impenetrable
de la vida,
desubicada forma,
que lo resume todo.










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